Sunday, May 31, 2009

Se va, se va la barca...

Son las dos de la mañana y a mí, nada que me agarra el sueño. Hace una hora llamó mi mamá desde Florida para contarme que mi Tía Carmené se murió hace unos minutos, y yo estoy sentada en mi sala sin saber muy bien qué pensar.
Al irnos del país nos tuvimos que despedir de muchas cosas, más aun, de muchas personas, y en los últimos años se nos han ido uno a uno los pocos vestigios que teníamos de familia en Colombia. Cada vez hay menos razon para volver allá, sólo nos van a quedar recuerdos muertos, y esos los podemos saborear de igual manera desde afuera.
Mi tía ahora está bien, ella siempre creyó en el cielo, y el prospecto de una vida sin poder tomar cafecito, tienedo que estar amarrada a una cama sin poder hacer nada, sin poder hablar mucho de política (por que se agita, y eso es malo para el corazón) y sin poder jugar con su nieta, eso era más muerte que cualquier otra cosa. Mi tía me enseñó a rezar, a estudiar, a leer, a jugar damas chinas y a comer arequipe con bocadillo. Jugamos mucho, muchísimo con ella, cada cosa que hacíamos era un juego y así se pasaban las tardes de la semana y las horas del ¨racionamiento¨.
Ella está bien ahora, si me dan ganas de llorar y estoy triste, es por mí y los que quedamos sin ella.